El autista y el objeto voz por Rosa Lagos

El autista y el objeto voz
Rosa Lagos

Lacan, en la Conferencia de Ginebra sobre el síntoma en 1975 responde sobre este tema diciendo: 

“…Pero usted no puede decir que no hablan. Que usted tenga dificultad para escucharlos, para dar su alcance a lo que dicen, no impide que se trate, finalmente, de personajes más bien verbosos.”

Es una observación que plantea que la mayoría de los autistas si pueden hablar, son verbosos, sin embargo, no lo hacen para comunicarse, su lenguaje se caracteriza por una carencia enunciativa, es decir no ponen en juego su goce vocal, es un hablar sin decir, por ello encontramos autistas que hablan con una voz monótona, o hablan como un robot, aprenden palabras que pueden repetir como loro, de memoria, pueden usar una voz artificial, sin expresividad o simplemente mutismo absoluto o bien en el otro extremo, una verborrea sin fin.

La mayor dificultad se presenta en poder hablar de sí mismos o en expresar sentimientos íntimos, se trata de evitar a toda costa la enunciación, que algo de su subjetividad se vehiculice en lo que dice, de eso se trata, de retener el objeto voz para evitar la angustia que produce ceder algo del goce vocal,  tanto al escuchar la enunciación del otro, cuando se le pide algo o se le habla directamente, así como con la propia enunciación, evitando toda interlocución.

Se puede decir entonces que sí hablan pero sin voz. 

De esta manera se constata el rechazo, el no consentimiento de las condiciones del Otro del lenguaje, no están obligados a responder, a obedecer, permanecen indiferentes, ajenos al mandato del otro, conservando una suerte de independencia que también los sume en una penosa soledad.

La puesta en forma  del objeto voz, es poder hablar por intermediario, de tal manera de no comprometer el goce vocal en su decir.


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