La práctica entre varios. Ana Maria Bustamante

La práctica entre varios.

Ana María Bustamante

Jacques Alain Miller nombra práctica entre varios a una modalidad colectiva de trabajo clínico con niños, niñas y jóvenes con dificultades en el lazo social, que presentan características autísticas y psicóticas en un contexto especifico.  Ideada por Antonio Di Ciaccia en 1974 en la ANTENNE 110, institución para abordar los problemas suscitados en sujetos autistas, para que tengan la posibilidad de incluirse en el discurso social y en alguna organización colectiva.
Desde la práctica entre varios la concepción del autismo y la psicosis no está considerada como un trastorno y un conjunto de características que poseen una serie de anomalías o déficits específicos.  Como se puede dar en ciertos tratamientos que fueron ideados con la finalidad de normalizar o que el sujeto se adapte. Tampoco se lo considera un trastorno, como tampoco es visto como un retraso o una discapacidad. Ni es una detención en el desarrollo porque puede coexistir diversos niveles de desarrollo de funciones psíquicas y motoras, esto lo podemos notar en los islotes de competencias o los intereses específicos, que los vuelve en especialistas que dominan ciertos temas.
Desde esta manera de ver, el autismo es concebido como un funcionamiento subjetivo singular. (Maleval,2009, p21).
¿Qué ética orienta la practica entre varios?
La ética del psicoanálisis se sustenta en la idea de un malestar constitutivo del ser humano por estar inmerso en el lenguaje, enfrentado a la sexualidad y a la muerte. Para el psicoanálisis, las manifestaciones clínicas diversas constituyen una respuesta del sujeto, sus modos de hacer con el malestar estructural, pudiendo estas soluciones ser un problema, pero constituyen a su vez una solución al final del camino. Es por eso por lo que las intervenciones no apuntan a eliminarlas o desaparecerlas porque eso es imposible. Lo que se busca es hacer algo posible con ese imposible.   
El abordaje psicoanalítico tanto como con los autistas, como con los psicóticos coincide en dirigirse a ellos como sujeto y no como un objeto que es educable, normalizarle o diagnosticable. Alojar el interés es por el sujeto y sus manifestaciones desde lo singular de cada uno de ellos. 
Lejos de querer enseñarle, se trata entonces de dejarse enseñar por Ellos. En pocas palabras, como dice Donna Williams “ser un guía que los siga”. Se busca localizar lo imposible de soportar para él, de allí acompañarlo en sus invenciones y sus propias ampliaciones de aquellos recursos que le sirven para tratar ese real insoportable e intratable para los demás.
Como dice Di Ciaccia (2019) “Se trata entonces de hacer funcionar al Otro de la palabra simbólica ciertamente, pero agujereada en cuanto el exceso de goce. Esta palabra agujereada es correlativa del lugar de otro regulado por lo simbólico y limitado en cuanto al goce”.  Es decir, consiste en localizar de que sufre el sujeto, precisar las condiciones de su malestar y situar las invenciones y recursos que ha movilizado para hacer frente al mismo; que le sirve como escudo protector a cada autista para defenderse de aquello que le parece amenazante. 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Di Ciaccia, A. (2019). La práctica entre varios (I. Ruiz Acero, trad.).  L’ Atelier, 1, 10- 27.
Willams, D. Alguien en algún lugar. Diario de una victoria contra el autismo. Ned ediciones. 2015.

Dócil al autista. Maria Elena Lora

DÓCIL AL AUTISTA


María Elena Lora

NELcf-La Paz

El campo de la clínica del autismo, de acuerdo con lo señalado por Eric Laurent, nos convoca a estar advertidos, sobre la expansión actual, que se halla referida al autismo desde la psiquiatría y las neurociencias. Un ejemplo de ello son la multiplicación de formas protocolizadas de evaluaciones diagnosticas y/o las propuestas terapéuticas de rehabilitación o pedagógicas. 
Esta masificación nos invita a interrogarnos acerca de nuestra propia expansión, desde la perspectiva del psicoanálisis de orientación lacaniana; la cual es muy diferente y, es a partir de ella que procedemos a investigar la clínica del autismo, cuya lógica nos permite diferenciarnos de una clínica que se orienta por la dimensión de las clasificaciones.
Actualmente, se impone la premisa de un “todo biológico”, donde el sufrimiento del ser humano, solo puede ser tratado por el uso de fármacos y el sujeto pierde la oportunidad de poder ser escuchado sobre su padecimiento, su sufrimiento.
Igualmente, hoy esta en primer plano, la declinación de la autoridad, el impacto del capitalismo, el imperio del consumo en el mercado y los avances de la ciencia y/o la tecnología, que nos proponen una homogeneización de consumo, junto a un intento de uniformización en los modos de goce. Vale decir, que la marca de la posmodernidad promueve y se basa en la idea de que la “ciencia sabe”.
Miller en su texto Polémica política, ubica la posición que conviene al analista hoy: “como dócil a”; propongo esta vía para reflexionar y preguntarnos ¿que significa dócil, ¿Qué promueve ser dócil? ¿Cómo pensar este dócil al autista y cómo lo declinamos? 
Entiendo, que lo que nos enseña cada sujeto autista, nos toca en “un borde” de lo que no sabemos, de lo que fracasa en: “hacerse un todo saber”; se trata de situar esta perspectiva y proponer una orientación, que consiste: en  encarnar “ser dócil”.  Este enfoque, implica guiarnos, a partir de esta arista y consentir, a hacerse enseñar por aquel sujeto con autismo, aquel que tiene dificultades con una constitución corporal, con la constitución de una imagen, aquel que se encierra en un encapsulamiento que funciona como una burbuja de protección, un neo-borde, como una cápsula a la manera de los astronautas que se desplazan en el espacio, protegiéndose de las manifestaciones que vienen del mundo exterior. Donde este encapsulamiento es ya una respuesta por parte del sujeto. 
Lacan al referirse al autismo señala que, en él la palabra está detenida, que no se dirige a ningún llamado, que vive en lo real e incluso que hay “algo que se congela”, “algo está coagulado” Así, que al dejarse enseñar y encarnar docilidad, ello posibilitará abrir para el sujeto autista “un saber” inédito, que no este encerrado en el saber académico, ni en los ideales pedagógicos. 
Por otra parte, los autistas tienen emociones pero que no las comprenden, experimentan cosas en el cuerpo, pero no logran interpretarlas. El autista hace un trabajo de corte del cuerpo en relación con los afectos y también puede haber un intelecto separado de los afectos y por ello el goce en el sujeto autista, se sitúa proyectado en el borde; se trata de todo un trabajo complejo sobre el borde.
Bajo esta lógica, Maleval propone la tesis de: aprehender al sujeto autista como un “sujeto creativo”. Esta afirmación, se apoya en la afirmación de Lacan: en que “algo se congela” y por lo tanto, el proceso de cambio en el autista, no se reduce a procesos de imitación o iteración, pues ello no permitiría una apertura a una verdadera capacidad de invención inédita y única.
Esta orientación, precisa que un analista este en posición versátil y dócil ante lo imposible, en cuanto al saber y al sentido. 
De este modo, promover el “ser dócil” es promover a lo que no se deja homogeneizar. Es dejarse enseñar, pero también dejarse “labrar” por los arreglos de cada quien. 
Ser dócil supone la política de la época y la política del psicoanálisis que es operar desde lo imposible, aquello que Lacan llamo “real”, e implica que hay siempre un saber no sabido; por ello nuestra práctica necesita “huir de lo sabido”, huir de promover ideales, sentidos y no perderse en políticas terapéuticas educativas.
Se trata de “ser dócil al autista”, no sin una posición ética, vale decir, dócil a su estilo propio, que va de la mano de un saber leer de otro modo, lo que se genera y de esta manera, se relanza un “no saber actuante”, que orienta a soluciones singulares de sujetos trabajadores y posibilita sostener un acto, que consiente a la creatividad de cada uno.  
El futuro para la clínica analítica, no sólo para el sujeto autista vendrá de la “docilidad”, “de dejarse llevar”, escuchar a “aquellos sujetos no sumisos”, “des-obedientes”.


La Paz, abril 2024















  





Actualidad de la práctica con sujetos autistas y psicóticos orientada por el psicoanálisis Lacaniano

 


El autista y el objeto voz por Rosa Lagos

El autista y el objeto voz
Rosa Lagos

Lacan, en la Conferencia de Ginebra sobre el síntoma en 1975 responde sobre este tema diciendo: 

“…Pero usted no puede decir que no hablan. Que usted tenga dificultad para escucharlos, para dar su alcance a lo que dicen, no impide que se trate, finalmente, de personajes más bien verbosos.”

Es una observación que plantea que la mayoría de los autistas si pueden hablar, son verbosos, sin embargo, no lo hacen para comunicarse, su lenguaje se caracteriza por una carencia enunciativa, es decir no ponen en juego su goce vocal, es un hablar sin decir, por ello encontramos autistas que hablan con una voz monótona, o hablan como un robot, aprenden palabras que pueden repetir como loro, de memoria, pueden usar una voz artificial, sin expresividad o simplemente mutismo absoluto o bien en el otro extremo, una verborrea sin fin.

La mayor dificultad se presenta en poder hablar de sí mismos o en expresar sentimientos íntimos, se trata de evitar a toda costa la enunciación, que algo de su subjetividad se vehiculice en lo que dice, de eso se trata, de retener el objeto voz para evitar la angustia que produce ceder algo del goce vocal,  tanto al escuchar la enunciación del otro, cuando se le pide algo o se le habla directamente, así como con la propia enunciación, evitando toda interlocución.

Se puede decir entonces que sí hablan pero sin voz. 

De esta manera se constata el rechazo, el no consentimiento de las condiciones del Otro del lenguaje, no están obligados a responder, a obedecer, permanecen indiferentes, ajenos al mandato del otro, conservando una suerte de independencia que también los sume en una penosa soledad.

La puesta en forma  del objeto voz, es poder hablar por intermediario, de tal manera de no comprometer el goce vocal en su decir.


¿Qué cuerpo en el autismo? por Luz Elena Gaviria /Andrés Amariles

¿Qué cuerpo en el autismo?

Luz Elena Gaviria / Andrés Amariles Villegas

La clínica con los autistas permite verificar la no inscripción del significante común que ordena el psiquismo, a razón de una detención en el campo del lenguaje. Por lo tanto, el agujero que produce la introducción de lo simbólico en la dimensión real no se produce, alejando al autista de las soluciones comunes enfrentándolo a grandes retos para hacer de la experiencia del cuerpo algo vivificante. Por lo tanto, constatamos cómo el cuerpo del niño autista goza sin la trayectoria pulsional que permite articularse Otro y articularse a un discurso.

El cuerpo del sujeto autista se constituye inicialmente como un espacio sin agujero, no se delimitan los bordes en los orificios corporales para que los objetos pulsionales puedan extraerse e intercambiarse, por lo que su cesión se experimenta como mutiladora.1 . El cuerpo del autista contiene la soledad del goce 2 desregulado, por ello Eric Laurent habla de Un cuerpo de agujero cegados 3; esto hace que el autista tenga una relación cercana con la angustia, ya que el agujero posibilita que el goce se drene y encuentre trayectorias más allá de la propia superficie corporal.

Así, cada parletre autista enseña sobre los arreglos que hace en su estructura para conquistar un cuerpo vivible y menos mortificante. La elección de un objeto, los usos del doble y la expansión de los intereses posibilitan la delimitación de un neo borde que hace función de agujero, permitiendo soportar ciertos intercambios y delimitando un circuito pulsional muy definido que ubica su existencia en el espacio y regula la invasión. Este trabajo implica la conservación del goce nativo que se repite, lo escrito en el Un cuerpo, ese primer golpe de lalengua que afecta el cuerpo de todos los seres hablantes.

Dichos arreglos se organizan a través de un sistema de reglas, de signos, que tienen un uso y una función, en donde lo simbólico, la Cosa hablada, no se pone en juego, buscando la univocidad. El arreglo de cada parletre autista está compuesto por un montaje de piezas sueltas que le permite hacerse a Un cuerpo y a un lazo singular con los otros. Este puede ampliarse y complejizarse a través de una cadena heterogénea hecha de signos continuos permitiendo el montaje de un cuerpo vivificado, a través de caminos singulares y privados.

1 Maleval. Clínica del espectro del autismo.
2 Laurent. Variedades del baño del lenguaje en el autismo.
3 Lurent. La batalla del autismo.

¿Que lugar para los padres? Por Maite Russi / Angélica León

¿Qué lugar para los padres?

Maite Russi
Angélica León.
 
¿Cómo alojar a los padres en el trabajo analítico? 

¿Qué esperan los padres?  ¿Esperan ubicar al hijo en los protocolos establecidos según las categorías diagnósticas? ¿Cómo hacer con lo que se presenta fuera de la norma para que sea lo que oriente y no lo que toque silenciar? ¿Cómo acompañar a los padres a producir un encuentro nuevo con lo que trae el hijo, para poder salir de lo ya escrito para todas las categorías?

Los padres llegan con la preocupación de que algo falla y hay que reparar lo que falla. Paradójicamente, silenciar lo que falla puede implicar perder al niño en la especialización, incluyéndolo en una categoría.

Alojar a los padres, consentir el error, escuchar aquello que falla, aloja al niño en otra posición. Escuchar a los padres, preguntarles desde la más honesta ignorancia permite oír algo más de lo esperado. Aventurarse en lo que este niño tiene que decir, retomar lo que los padres pueden decir y reconocerles que ellos saben más de sus hijos de lo que han creído, es una invitación a los padres para que con ellos se pueda leer eso que dice o hace cada niño sin la urgencia de silenciarlo.

Una madre trae a su hijo de 11 años, ha probado distintos abordajes, se queja de encontrarse cada vez más lejos de su hijo. El niño llega repitiendo palabras sin sentido, se alojan las palabras sueltas y él se detiene, la madre se sorprende de cómo este niño comienza a emerger, a encontrar un lugar donde alojar lo que dice o hace, ella señala descubrir por primera vez la subjetividad de su hijo. 

Esta madre comienza a contar como durante estos años llevaba a su hijo para que otros se hicieran cargo de sus dificultades y acá se encuentra siendo parte. Por primera vez le han dicho que tiene información importante que aportar de su hijo, se percibe más cerca de él, aprendiendo de él. Se trata de un saber que se construye entre varios y no sin los padres.


El lenguaje y el Autismo por Marlon Cortés

EL LENGUAJE Y EL AUTISMO 

(CLASE INTRODUCTORIA)

Marlon Cortés 

“Problemas en la comunicación”, es una de las expresiones con las cuales se plantea la posibilidad de un diagnóstico de autismo. Es necesario analizar qué puede significar esa expresión para poder tener un poco más de claridad sobre este diagnóstico.  
1. La ilusión de la comunicación. 
Podremos tener la idea (infantil) de que los procesos comunicativos suceden de la siguiente manera: un emisor tiene un mensaje y lo emite; dicho mensaje pasa por un medio, y llega al receptor, obteniendo como resultado final de la comunicación, el hecho de que el mensaje se transmitió desde el emisor al receptor. Es una idea infantil, en tanto que dicho proceso tiene varios elementos que lo complejizan: 
- ¿El emisor es capaz de emitir el mensaje que quiere? 
- ¿El mensaje coincide con lo que el emisor quiso decir? 
- ¿Cómo incide en el proceso de comunicación el carácter equívoco del lenguaje? 
- ¿Lo que interpreta el receptor del mensaje era lo que el emisor quería expresar? 
Todas estas preguntas nos llevan a identificar que la comunicación es un problema para todos los que usamos el lenguaje. Lo que nos lleva a tener que afinar ese punto que plantea que los autistas tienen problemas en la comunicación. Y se afina con la siguiente frase: la comunicación es un problema para todos los que usamos el lenguaje, no sólo para los autistas. 
2. No todo lenguaje es palabra. 
Una de las dificultades que tienen las instituciones para el trabajo con algunos autistas está relacionado con el hecho de que algunos no hablan. Y entonces, dicen algunos, se hace más difícil su proceso educativo o clínico. De ahí que un profesional muy utilizado en las terapias con los autistas sea el fonoaudiólogo (o logopeda). “Necesitamos que aprenda a hablar para poder enseñarle algo”, es la idea que se tiene al respecto. 
Con el psicoanálisis, lo que se comprende es que llegar a apropiarse de la palabra no es un asunto meramente técnico de hacer ejercicios para que todo el aparato fonoarticulador cumpla su función.  Para el psicoanálisis, la palabra es efecto de un trabajo subjetivo del parletre. Lo que significa que previo a la palabra hay algo en todo parletre. 
¿Qué? 
Lalangue. 
Este concepto nos abre la puerta a pensar el lenguaje, no sólo en su función comunicativa, sino en su función de goce. Es decir, que, con Lacan, el lenguaje no solo cumple una función comunicativa, sino que también es un asunto singular de goce del parletre. De ahí que saber sobre lalangue es saber sobre el autismo y su relación con el lenguaje. 

Presentación Blog ESIAPP


Este Blog pretende ser un faro que ilumina las diversas formas que toma el trabajo propuesto por los pscoanalistas lacanianos cuando se ocupa de niños y jóvenes con autismo, a lo largo y ancho de la América Latina de la Nueva Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (NEL).

Está dirigido a quien quiera saber sobre los principio que rigen dicho trabajo, sobre el tratamiento posible , sobre los debates que tienen lugar, las actividades que se desarrollan, el intercambio con otras áreas del saber, etc. partiendo de un principio supremo, que es el resorte de toda acción, de todo pronunciamiento del psicoanalista lacaniano: Escuchar a los autistas, darles la voz así parezca que carecen de ella, quitarles la mordaza impuesta. muchas veces, por aquellos tratamientos cuya finalidad última es la reeducación y la adaptación a cualquier precio, incluso al precio de suprimir al sujeto que soporta esa defensa radical frente al otro que se ha impuesto a si mismo, y que afecta a todo su entorno.

Queda claro entonces, que en la dura batalla que los sujetos autistas y sus familias libran día a día, el psicoanálisis toma partido y pone su experiencia al servicio de acompañar al sujeto, para no dejarlo solo en sus intentos, en su esfuerzo, por alojarse de alguna manera, un poco más, en el mundo que habita.

Lizbeth Ahumada

Proyecto de trabajo ESIAPP

Proyecto trabajo ESIAPP 2022

Espacio de investigación de Autismo y Psicosis en Psicoanálisis – ESIAPP El Espacio (ESIAPP) surge como una manera de responder a la inquiet...